Rafael Nadal, campeón en Roland Garros: aplastó a Djokovic en la final y alcanzó el récord de Roger Federer
El español se impuso en sets corridos, 6-0, 6-2 y 7-5, consiguió su 13° título en París y conquistó su título número 20 de Grand Slam, misma cantidad que el suizo. Una leyenda de todos los tiempos.
El tenista español Rafael Nadal conquistó este domingo su decimotercer título de Roland Garros al destrozar en la final (6-0, 6-2, 7-5) al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, para igualar el récord del suizo Roger Federer.
Una vez más y ya van 13. Quince años después de su primera final en París, Nadal sigue levantando la Copa de los Mosqueteros (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019 y 2020). El balear se mostró intratable de principio a fin para defender sus dominios del enemigo y mayor rival.
‘Nole’ se queda en 17 ‘grandes’ y ve alejarse a un Nadal que iguala por primera vez a Federer en el techo histórico del tenis. La final medía el favoritismo del serbio, como número uno y casi imbatido en 2020, y la aureola española por ser Señor de la tierra y más aún de París. El rey defendió su trono con fiereza desde un 6-0 impensable en citas de altos vuelos.
Al balear solo se le escaparon un puñado de golpes, brilló como el sol de París a pesar de que decidieran techar la pista. Lejos de reaccionar, ‘Nole’ chocó con el muro manacorí en el segundo set (6-2). El serbio tenía que subirse a un tren en marcha conducido por Nadal no este domingo sino ya hace 15 años y, con algo más de orgullo (7-5), hincó la rodilla como víctima 100 del español.
Tres lustros después, en la batalla por la eternidad Nadal iguala a 20 ‘grandes’ con su eterno rival Federer, de baja por una lesión de rodilla, mientras que Djokovic se queda con 17. Logró en este Roland Garros otoñal, desplazado de la primavera por la pandemia y jugado únicamente con 1000 espectadores al día, el más difícil todavía.
Durante todo el torneo había recordado que las condiciones eran “las peores de siempre” para su tenis, refiriéndose al “frío extremo”, a las nuevas bolas, “como piedras”, y a su falta de rodaje (tres partidos en seis meses).
Todo parecía ordenado para que el serbio lograra su segundo grande francés después del que consiguió en 2016. Además, tras una mañana soleada, que prometía una tierra seca para el español, justo antes del partido empezó a llover y se tuvo que cerrar el nuevo techo retráctil de la central. Humedad, lluvia y techo, el escenario ideal para el ‘rey del indoor’ Djokovic.
Pero el tenis de Nadal dijo no. Fue empezar a competir y quedaron de lado los elementos. Enchufado y fino de piernas, con una derecha sólida y sin casi cometer errores, Nadal destrozó a un Djokovic irreconocible, sin ideas, que casi ni dio batalla en la que fue su primera derrota en 2020 (sin contar la descalificación en octavos del US Open por un pelotazo a una juez).